Otra noche en vela, lúgubre y cerrada


Es más de media noche y no puedo dormir; y es que es difícil hacerlo cuando la muerte anda tan cerca. Tampoco puedo concentrarme en la lectura, porque los disparos se escuchan cada vez más cerca y con mayor frecuencia.

Los perros ladran sin parar, lo que me hace pensar que “esos hombres” andan por ahí, muy cerca de esta pequeña casa, que es nuestro único refugio y nuestra única morada.

Hace unos ocho años los habitantes de la vereda La Loma vivíamos una situación igual. Vivimos en San Gabriel, en medio de este juego cruzado y absurdo, o mejor será decir que sobrevivimos, porque ver la luz de un nuevo día se ha convertido en un verdadero milagro.

Es indignante tener que dejar de hacer nuestras labores, dejar tirada la comida por el piso y todo cuanto hacemos, para salir corriendo a escondernos en el lugar más seguro de la casa como ratones asustados tratando de salvar sus vidas.

¿Por qué nuestras sanas costumbres tienen que cambiar? ¿Por qué no podemos salir a la hora que nos plazca, a caminar por la vereda a celebrar una noche de luna llena con la tranquilidad que solíamos hacerlo?

No, ya no podemos, porque unos insensatos decidieron poner límites a nuestra libertad, a nuestro libre albedrío, a nuestros pasos, a nuestra vida.

Esta vereda, en la que con gran esfuerzo se abrieron paso nuestros antepasados, es ahora subyugada por unos hombres que nada saben de nuestra historia.

Estoy hablando o, mejor, estoy escribiendo desde mi rabia, desde mi dolor, desde mi impotencia y desde mi miedo, y sé que son muchos los que sienten lo mismo y tienen que tragarse su rabia, su dolor, su impotencia y su miedo porque hablar significa morir.

Pero afortunadamente existe este espacio, en el que por medio de la palabra podemos compartir todos estos sentimientos encontrados que confluyen dentro de nuestras mentes tristes y cansadas de tanta injusticia; cansadas de la sangre, de la muerte, de escuchar el llanto de las madres que con dolor le reclaman al cielo que les devuelva a sus muchachos.

Son las 2:00a.m, este es el balance de una noche de desesperanza, de una noche lúgubre y cerrada en la que me pregunto si habrá un mañana.

9 respuestas

  1. Que dolorosas letras, Camela. Sin embargo, fiel reflejo de lo que se vive hoy en La Loma. Confronta, duele e indigna que las cosas sean así.

    Que otra frase podríamos decir? : «Esperemos que las cosas mejoren»

    Un abrazo,

    Cati

  2. MM duendes y más duendes….En todas partes, por todos los sitios, urbanos, rurales, desde las esquinas hasta los cafetales… luchando por algo que no tiene sentido, por lo menos para nosotros.

    Es el pan de cada día y aún cada uno de nosotros llegamos despavoridos antes de las 8 o 9 de la noche porque no se sabe en que momento podrá caer alguien culpable o inocente…que en este caso es inconcluso decir quien es culpable y sus causas…..!!

    Dios nos guarde cada día que pasa.

  3. Creo que estoy de acuerdo con cati y contigo, esa rabia, esa indignación, esa tristeza, todos esos sentimientos afortunadamente se pueden desahogar en este espacio, porque en otros el simple hecho de manifestar el desacuerdo con estos actos violentos e injustos pone en peligro la vida misma.

    Me han dicho que incluso de día se «prenden» balaceras, es por eso que no he podido volver ni siquiera a visitar a mi papá. Y qué pasa con la libertad? con la libre expresión, locomoción… Debemos seguir escondiéndonos por miedo a caer inocentes de una guerra absurda? mientras ellos, impunes, mantienen el miedo en todos los lomeños, y habitantes de otros sectores de la ciudad.

    Pero esto no solo ocurre en La Loma, en san javier también esta peligroso andar tarde en la noche, ya a un amigo de la u (que vive cerca a la estación) lo amenazaron por llegar tarde (en palabras de ellos: trate de llegar más tempranito para que no le pase nada), también en Bellavista, el 20…

    Me pregunto si lo único que se puede hacer es esperar a que las cosas mejoren.

    Abrazos y éxitos, y mucho, mucho ánimo.

  4. Expresar indignación y frustración es actuar e incidir. Se trata de un acto importante y muy valiente.

    Gracias Camela por no callar. Por susurrar desde este blog. algo que no se puede decir ni gritar en La Loma, por más justo que sea.

    La pregunta de Blueandtanit sigue pendiente: «lo único que se puede hacer es ¿esperar a que las cosas mejoren?»

  5. Apreciada Camela:
    Mis votos por nuevos amaneceres relucientes y por lunadas acompañadas de buena música y amigos.

    Qué Dios ilumine las almas de todos y que la sabiduría los acompañe.

    Te abrazo pero por favor, siente con convicción, en esas noches desveladas por terceros, que no estás sola y que podrán ver esa luz mañanera colmada de sol radiante.

  6. Camela, es doloroso sentir a través de tu escrito lo que estás viviendo no solo tu sino muchos habitantes de nuestra bella ciudad.
    Hemos tenido que padecer esta violencia por tanto tiempo y de tantas formas que hasta se va volviendo parte de nuestras vidas.
    Ojalá que el recrudecimiento de la guerra solo sea por el período pre-electoral, como aseguran muchos… y que el gobernante que sea elegido logre cambiar el destino de nuestra patria que parece tan poco prometedor.

  7. Miren

    http://www.elespectador.com/impreso/articuloimpreso199862-alerta-roja-loma

    La solucion esta en nuestras manos no en dios….llamemos al 123 todos los dias…mandemos videos a RCN a CARACOL..denunciemos…unos cuantos no pueden ser los dueños de nuestra tranquilidad..

  8. El miedo que nos aterroriza es indescriptible, nos matan uno a uno y el resto no decimos nada, por si no nos matan. El sometimiento tiene que parar, denunciemos, salgamos, marchemos, no nos pueden matar a todos a la ves……….

  9. […] público, a eso de que “el taxi va nomás hasta aquí, yo por allá no subo“,  a las fronteras invisibles que quien cruza muere, a las vacunas (infame nombre que reciben los cobros de los delincuentes a quienes con el sudor de […]

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